DÍAS EN MODO DXPEDICIÓN

Por TG9ADM. Dante Marineli

Es muy probable que cuando nos enteramos que se cancelaban las actividades sociales y se imponía toque de queda, el primer sitio al que dirigimos nuestra mirada fue a nuestra estación de radioaficionado. Esto se pudo dar en todo el mundo. Si se agrega que muchos cancelamos nuestros viajes de Semana Santa o nuestras vacaciones iban a ser en casa, teníamos en nuestras manos mucho tiempo libre para hacer radio o realizar alguna actividad relacionada. Quizás hoy dejemos de escuchar la frase de muchos colegas, que con cierto dejo de lamento suelen decir «Ah es que no he tenido tiempo vos…!» al preguntarles por qué no los escuchamos en el radio. Nuestro hobby merece que se le dedique tiempo, en una porción equilibrada (quizás esté de más recordar que en el hogar siempre hay alguna actividad qué realizar).

Desde que la primera vez que operamos una estación de radioaficionados pudimos notar que para establecer un contacto no se requiere de contacto físico ni conocer de antemano a nuestro corresponsal: La voz o las señales que enviemos llevan ideas sin más intermediario que las capas de la atmósfera, y es entonces cuando esta faceta de la radioafición sale totalmente indemne ante las restricciones que plantea el aislamiento social, que como es de nuestro conocimiento, es una de las medidas de casi todas las administraciones a nivel mundial, ante el COVID-19.

Al escuchar el comportamiento de las bandas, los comentarios de otros colegas y ver anotaciones en el clúster de DX, me vino a la mente la idea de «MODO DXPEDICIÓN». No quisiera aburrirles recordándoles que una «DXpedición» es aquella actividad en que uno o más radioaficionados realizan contactos, desde un lugar poco o nada activo en nuestras bandas, que reviste cierto interés, para entretención, investigación sobre ondas electromagnéticas, turismo, experimentación, o participar en algún concurso por mencionar sólo algunos objetivos. En mi caso particular, así como en el de otros colegas con los que pude compartir, el resultado de salir al aire más seguido fue el de trabajar muchos pileups, atender pedidos de información para intercambio de QSLs o atender de contactos en ciertas bandas o modos. Muchas veces pude imaginar a algún colega que contactamos en un lejano país, comentándole a sus amigos en la repetidora local que después de varios años pudo hablar a Guatemala durante sus días de “cero calle”.

¿Qué modos nos tuvieron entretenidos?  Algunos pasaron horas realizando contactos en modo FT8: Las bandas en que aparentemente no había señales resultaban muy abiertas y pudieron decodificar muchos contactos desde países que no estaban aún en sus logs. Otros le dimos trabajo a nuestra llave de CW, o al keyer, para que nuestros puntos y rayas llegaran a rincones lejanos del mundo. Y otros logramos encontrar abierta la banda de 10 metros, en fonía, en modo SSB, e incluso en modo FM: El Club de Radioaficionados de Guatemala -CRAG- organizó una actividad estilo mesa redonda o «net» en que además de muchos colegas locales, recibimos la visita de varias estaciones de Norteamérica y el Caribe. También se contó con la organización de redes en las bandas de 2 y 6 metros para experimentar diferentes modalidades y modos de operación, así como la cobertura de las estaciones que participaron.

¿Y las bandas, cómo se comportaron? A estas alturas del ciclo solar (el ciclo 25, según fuentes especializadas está en su inicio) diría que bastante bien, mejor de lo que habría imaginado. Empleando las modalidades de fonía y CW noté que 10 metros se abría hasta bien adentro del Atlántico y el Pacífico. 12 metros dejó de ser como 160 metros al medio día. 15 metros me permitió contactar colegas fuera de Guatemala a los que desde hace años no oía en HF. 17 metros permitía que nuestras voces o señales llegaran hasta Japón y Oceanía. 20 metros, como cualquier banda de radioaficionado, muy variable pero en las horas más favorables permitía contactos intercontinentales aunque son señales algo débiles. 30 metros, por su temperamento cambiante, permitió comunicados a Europa y Asia en horarios en las que no era habitual, recordemos la frase de «30 metros, por ratos igual a 20, por ratos igual a 40 metros». 40 metros dio señales increíblemente fuertes en la hora de la línea gris (atardecer y amanecer), se cerraba una hora más tarde, para abrirse generosamente a la media noche. Por ratos se portó demasiado variable al punto de obligarnos, a varios colegas, a preparar «plan B» en cuanto a la participación en concursos que se han estado celebrando en nuestras bandas. Lo cierto es que el hecho de regresar temprano del trabajo da un buen margen extra para encontrar propagación favorable en muchos rincones del espectro, tanto así que muchos colegas reportaron buenas sorpresas en la banda de 6 metros, empleando desde antenas verticales o dipolos hasta antenas Yagi de más de 3 elementos, con señales muy sólidas.

Acá hay qué hacer una pausa muy necesaria. Seguramente notaron que no mencioné a las bandas de 160 y 80 metros: esto se debe a que en los momentos en que intenté operar en ellas, en modos CW y SSB, no recibí ninguna respuesta ni anotación en el clúster. Esta situación se debe a que la cercanía de la temporada de lluvias trae una buena dosis de ruido de fondo en estos territorios hertzianos.

¿Y el ambiente? En las DXpediciones es común que se reciban visitas de funcionarios de Gobierno del país anfitrión o de la prensa, lo más semejante a ello fue la publicación de varios videos de los comunicados que se realizaron tanto desde Guatemala, como fuera de nuestras fronteras. Y en casos en que el lugar sea muy remoto (algún sitio muy deshabitado por ejemplo) la fauna local no tarda en llegar pues es probable que jamás haya visto seres humanos en su hábitat, aunque en este caso la fauna que llegó a varios cuartos de radio no fue algo fuera de lo común. No hubo qué hablar inglés o pedir ayuda a algún intérprete para ir a la calle a realizar gestiones indispensables, las conversaciones con los «locales» fueron en perfecto español.

A ello debe agregarse que el Día Mundial del Radioaficionado se celebró el 18 de abril. Una de las iniciativas que se tuvo a nivel de la Junta Directiva del CRAG fue la de activar la estación oficial, TG0AA, para celebrar la actividad. 160 y 80 no fueron generosas con la actividad, sin embargo las demás bandas, según compartimos con otros colegas que activaron el indicativo, dieron muchos y muy buenos contactos y hasta pedidos de pronta confirmación de QSOs en que no es común escuchar estaciones de Guatemala.

¿Alguna actividad de radioaficionados fuera del «modo DXpedición«? Muchos aprovechamos para programar el handie, otros tuvimos oportunidad y buen clima para bajar alguna antena y darle mantenimiento o repararla, otros aprendimos más de algún modo nuevo para operar nuestra estación o ver internet algo que nos interese del hobby.

Qué aspectos hubo en estos días, de tinte DXpedicionesco: Durante horas muchos estuvimos diciendo el indicativo de nuestros corresponsales con el reporte de «cinco nueve en Guatemala» o «five nine, over«. O tecleando reportes de señales no tan debajo del ruido en el caso de quienes operaron en modos digitales. Emoción de encontrar bandas abiertas. Transmitir desde un país no tan común en actividad según muchos sondeos del mundo diexista. Buena y generosa propagación. Entusiasmo. Tiempo libre aprovechado frente al radio. Hacer feliz a otros por haber logrado contactar nuestro país. Visitas de la fauna local. Participar en un concurso con nuestro indicativo. Activar el indicativo de la estación oficial del CRAG. Y sobre todo una gran oportunidad para poder operar nuestra estación. Comida típica en la hora del almuerzo.

Los aspectos emocionantes de una Dxpedición que no tuvimos durante estos días incluyeron el sólo hecho de realizar un viaje. Comunicación a casa vía teléfono satelital o phone patch. Esperar el equipaje. Armar y desarmar equipos. Comunicados con la estación piloto. Reservaciones de hotel. Baños de sol esperando el turno para operar la estación. Pocas horas de sueño. Comida enlatada o raciones frías. Visitas de funcionarios del país anfitrión o de la prensa.

Muchos otros pasatiempos que practicamos (deporte, vida al aire libre, trekking, vida social y muchísimos otros), por contar con un indispensable componente de intercambio social o movilidad irrestricta, se vieron afectados o pospuestos por tiempo indefinido. Afortunadamente la radioafición se convirtió en un espacio para distraernos la mente y mantener el contacto con nuestros colegas y amigos. Al haber más estaciones activas en nuestras frecuencias es más fácil encontrar alguien con quién experimentar o conversar, o simplemente intercambiar reportes de señal. Esta situación, según los medios de difusión de diversos radioclubes a nivel mundial, se ha presentado en forma generalizada. Sin embargo lo polifacético y adaptable de la naturaleza de la radioafición fueron dos aspectos que llevaron a que nuestro hobby continúe brillando con luz propia.




Guatemala es un país al que a muchísimo radioaficionado extranjero le encantaría contactar. No se le haga raro que si sale a la frecuencia y llama CQ DX le contesten muchísimos corresponsales al mismo tiempo